Mediación familiar, ¿qué es y cómo actuar ante ella?

La mediación familiar sirve para tratar de resolver conflictos, como su propio nombre indica, familiares o de convivencia. En separaciones o divorcios es donde más se utiliza

La mediación familiar tiene como objetivo llegar a una solución amistosa cuando surge un problema dentro de la familia o en una convivencia. Puede actuar en una relación de pareja, en una separación o divorcio, en convenios reguladores, problemas de convivencia o herencias, entre otros muchos casos.

Sobre todo, cuando en un divorcio hay presencia de niños, una alta conflictividad puede resultar difícil de digerir por el menor. Para ello, la mediación familiar, pone a disposición de las dos partes una serie de herramientas que se utilizarán para intentar llegar a un acuerdo sin tener que acudir al juzgado. Apostar por la cultura de paz ayuda a resolver los conflictos más rápido.

En estos casos de alta conflictividad y presencia de hijos menores en un divorcio puede participar la figura del coordinador de parentalidad. La diferencia es que ésta viene impuesta por un juez y toma decisiones en nombre de las dos partes. El mediador lo que busca es un entendimiento y solo aconseja, no decide.

Los progenitores, o quienes sean los protagonistas de la mediación, tienen que poner de su parte. Para llegar a un acuerdo no es suficiente con que una persona diga lo que hay que hacer, sino que tiene que ser una obra de todos, para que el acuerdo satisfaga en lo máximo posible a ambas partes.

Para encarar de manera efectiva una mediación familiar, lo primero y más básico es, por un lado, tener paciencia y, por otro, ser educado. Hay que tener muy claro lo que cada uno quiere y saber transmitir esos deseos de una manera clara, así se evitarán los mal entendidos. Escuchando y potenciando tu resiliencia, el acuerdo será más fácil de conseguir.

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