Ana Bella fue víctima de violencia de género y motivada por su afán de superación y de seguir adelante con su vida se encontró con las grandes barreras que la sociedad, y sobre todo, las que el mundo laboral le ponían. Pero nunca llegó a resignarse y sabía que su valía era grande. Un gran ejemplo de Emprendimiento Social.
Con esa actitud fuerte, de superación y de lucha constante la llevó a convertirse en una gran mujer Emprendedora Social. Creó en el año 2002 la Fundación Ana Bella, y unos años después una Escuela bajo el mismo nombre, en la que forman a mujeres supervivientes de violencia de género para que liberen su potencial y lo enfoquen en su inserción laboral.
A través de la Fundación, se ha creado una red de “Mujeres Supervivientes” para animar a otras víctimas de malos tratos a romper su silencio y poder construir una sociedad en igualdad libre de violencia y discriminación social hacia las mujeres.