Actualmente vivimos en una nueva etapa, una nueva era, donde las nuevas tecnologías son las protagonistas en cada aspecto de nuestra vida. Vivimos en la era digital, en la revolución tecnológica donde la tecnología está presente cada vez en más campos.
En el campo empresarial, en pleno siglo XXI es imposible imaginarse una empresa sin hacer uso de las TIC, la informática e Internet. Hoy en día la mayoría de las empresas tienen una página web, perfiles en redes sociales, hacen uso de aplicaciones de mensajería y gestión administrativa, e incluso tienen una tienda online para vender sus productos o servicios por Internet.
Este uso cada vez mayor de la tecnología implica una vulnerabilidad a los ciberataques, lo que puede suponer un grave peligro para el negocio. Este riesgo puede reducirse, si las empresas tienen en cuenta la importancia de estar protegido tecnológicamente e implantan una Estrategia de Ciberseguridad dentro de su estrategia empresarial.
La ausencia de un política de ciberseguridad bien definida en las organizaciones conlleva una mayor probabilidad de amenaza, un mayor impacto en caso de que ésta se produzca y que se dé una respuesta ante un determinado incidente en la red inadecuadamente.
Cuando hablamos de seguridad, nunca se está 100% seguro, pero tener bien definida e implantada una Estrategia de Ciberseguridad permitirá a las empresas afrontar un posible ataque con mayor rapidez y minimizar cualquier daño y coste asociado.
Pero, ¿quién debe liderar dicha estrategia, técnicos o directivos? Dada su importancia para la continuidad de una empresa, la estrategia de ciberseguridad ha de liderarla la Dirección. Es importante concienciar a todos los empleados, y por tanto no es aconsejable delegarla únicamente en las áreas más técnicas.